Trata infantil, una emergencia silenciosa en Argentina

Los niños y niñas representan un tercio de las víctimas de trata en el mundo. Los puntos fuertes y las deudas del Estado argentino. La explotación sexual, la forma más frecuente que en Argentina afecta a dos millones de menores de edad. Por qué Brasil es un ejemplo de respuesta y prevención.

La trata de personas continúa siendo una grave violación de los derechos humanos, y son las infancias los sectores más vulnerables. A nivel mundial, aproximadamente un tercio de las víctimas detectadas son niños y niñas. En nuestro país, el tema cobró visibilidad ante la desaparición de Loan Danilo Peña, pero a dos meses de su desaparición, no hay desde el Estado impulso a acciones concretas en la lucha contra este flagelo. Argentina jamás contó con un sistema robusto de apoyo y prevención en estos delitos, con el agravante de que las pocas fortalezas que tenía, o bien se desmantelaron con la llegada del nuevo gobierno o comenzaron a ponerse en discusión y corren riesgo como políticas públicas.

¿Cuáles son características del delito y cuáles los perfiles de víctimas de mayor vulnerabilidad? ¿Qué países han logrado avances significativos en la lucha de la trata infantil? ¿Cuál es la agenda pendiente de Argentina y cómo se sitúa el país en relación a otras regiones? Estas son algunas de las preguntas que nos guían en una nueva Agenda Pública de la Fundación COLSECOR, en su compromiso por el respeto de los derechos humanos y en un mes especial para las infancias.

Según la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, la trata de personas es la “captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación”. Y establece que “esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos”.

Impactan las cifras: una de cada tres víctimas de trata en el mundo son niños o niñas. En los últimos 15 años el crecimiento del delito pasó de una prevalencia del 10% al 30% a nivel global. A ese número se llegó motivado por la “caza y pesca” en Internet, los conflictos bélicos, los desastres naturales y el aumento de la pobreza en las infancias, señala la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC en sus cifras en inglés). Se trata de “una actividad criminal multimillonaria que ha aprovechado la globalización para expandir sus redes. La explotación sexual, el trabajo forzoso y la servidumbre doméstica, por mencionar algunas, son las manifestaciones más comunes de quienes aprovechan las vulnerabilidades de personas en situación de marginación y pobreza”, agrega el informe de la reconocida organización internacional.

El trabajo desde la UNODC da cuenta de que, a nivel mundial, la mayoría de las personas procesadas y condenadas por el delito de trata siguen siendo hombres (seis de cada diez). Los delincuentes pueden ser miembros de grupos de delincuencia organizada, individuos que operan por su cuenta, o pequeños grupos de manera oportunista. La investigación señala, además, que los traficantes han integrado la tecnología en su modelo de negocio en cada etapa del proceso, desde el reclutamiento hasta la explotación de víctimas.

¿Cuáles son las zonas que revisten mayor incidencia? Sobre la base de los datos recopilados de 148 países, la UNODC pudo registrar 534 flujos de trata diferentes en todo el mundo. En América Latina se han detectado rutas de América del Sur a América Central, de América Central a América del Norte y del Caribe a América del Sur. La Organización también ha encontrado casos de víctimas llevadas desde Sudamérica al Este de Asia, Europa, el Norte de África y Oriente Medio.

Ahora bien, Naciones Unidas destaca que las víctimas suelen ser objeto de trata dentro de áreas geográficamente cercanas, y una de las principales formas de entrada a redes de trata es través de familiares y amigos. Las niñas son predominantemente víctimas de explotación sexual, mientras que los niños son más a menudo explotados en trabajos forzados, como en la agricultura o el servicio doméstico.

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