Psoriasis: 4 de cada 10 pacientes suspenden consultas médicas por motivos económicos

La enfermedad psoriásica es una afección crónica, inflamatoria, no contagiosa del sistema inmunológico que puede afectar no solo a la piel (psoriasis), sino también a las articulaciones (artritis psoriásica). “Psoriasis y artritis psoriásica son dos manifestaciones de la enfermedad psoriásica y los síntomas pueden diferir de una persona a otra. Cuando sucede a nivel de la piel, la enfermedad genera lesiones de distinta gravedad y aspecto. Son habituales síntomas como picazón, descamación o dolor, manifestándose en forma de lesiones rojas, cubiertas por escamas blancas, secas, que se localizan en codos, rodillas, tronco y cuero cabelludo. En los casos de aquellos pacientes que desarrollan artritis psoriásica, presentan síntomas como hinchazón, dolor articular y dificultad en el movimiento”, afirma el Dr. Guillermo Berbotto, presidente de la Sociedad Argentina de Reumatología (SAR) (MP. 10282).

En Argentina, alrededor del 1,5% de la población vive con psoriasis y se estima que, de estos casos, aproximadamente el 30% podría desarrollar artritis psoriásica. En todo el mundo, unas 60 millones de personas viven con enfermedad psoriásica[2].

La Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis (AEPSO) llevó a cabo un relevamiento nacional en más de 800 personas[3] con el objetivo de analizar cómo los cambios en el sistema de salud han influido en los pacientes en lo referido a la accesibilidad a tratamientos, medicamentos y profesionales especializados. También los costos adicionales que han tenido que afrontar y cómo impactan esos ajustes en su calidad de vida.

4 de cada 10 pacientes tuvieron que incurrir en copagos para acceder a servicios anteriormente cubiertos. El 42,2% de los encuestados necesitó ayuda financiera para cubrir gastos de salud[4]. “No todos los pacientes pueden afrontar estos gastos extra y esto trae como principal consecuencia una demora en el diagnóstico y un abordaje no eficiente de su tratamiento” detalla Silvia Fernández Barrio, presidenta de AEPSO y agrega: “el impacto en sus gastos va también de la mano del tiempo dedicado a su enfermedad”.

Casi el 43% postergó o suspendió consultas por motivos económicos en los últimos meses y 4 de cada 10 pacientes tuvieron dificultad para encontrar profesionales que aceptasen su plan de salud. Varios pacientes manifestaron no poder realizar los estudios de laboratorio y/o imágenes indicados por imposibilidad de pago y falta de cobertura.

Casi el 50% tuvo inconvenientes en acceder a medicamentos; 2 de cada 10 pacientes no están realizando el tratamiento médico indicado por problemas económicos y el 38,2% tuvo que reducir o dejar de comprar los medicamentos recetados[5].

La enfermedad psoriásica puede aparecer en hombres y mujeres indistintamente y presentarse a cualquier edad, tanto en lactantes, niños y adultos[6]. Puede ser dolorosa, interferir en el sueño y dificultar la concentración. Esta afección suele presentarse en ciclos, con brotes que duran algunas semanas o meses y luego disminuyen. Los factores desencadenantes comunes en las personas con predisposición genética a la psoriasis incluyen infecciones, cortes o quemaduras y determinados medicamentos, como así también es importante tener en cuenta que el tabaquismo y la ingesta de alcohol pueden agravarla.[7]

“Los síntomas o signos más comunes de la enfermedad psoriásica son lesiones rojas descamativas en gran parte del cuerpo, piel agrietada y seca, picazón, ardor o irritación. No se conocen por completo las causas, pero se cree que es un problema del sistema inmunitario que hace que las células de la piel crezcan a un ritmo más rápido de lo normal; también la genética y los factores ambientales juegan un papel importante en el desarrollo de la enfermedad”, explica la Dra. Cecilia Civale,médica especialista en dermatologíay presidenta de la Asociación Argentina de Dermatología (AAD) (MN 122479)

6 de cada 10 pacientes afirmaron que la evolución de la enfermedad afectó su calidad de vida; algunos de ellos debieron realizar cambios de rutina -debido al avance de la enfermedad- que afectaron, mayormente, su capacidad de trabajo o estudio. Muchos de los encuestados dijeron tener un aumento del nivel de estrés, ansiedad o depresión y problemas para dormir[8].

Si bien la enfermedad no tiene una cura los tratamientos han evolucionado notablemente permitiendo a los pacientes una mejor calidad de vida, un control de la enfermedad y el camino hacia la remisión. El diagnóstico a tiempo, un tratamiento temprano y su correcto cumplimiento permiten evitar serias complicaciones, así como un mejor manejo de las mismas.

“El impacto continuo y acumulativo de la enfermedad psoriásica se traduce en un nuevo concepto llamado CLCI que hace referencia a la discapacidad progresiva que el paciente va acumulando durante el transcurso de su vida a causa de la psoriasis. El diagnóstico tardío de la enfermedad implica un mayor riesgo de enfermedades asociadas como artritis psoriásica, diabetes, eventos cardiovasculares y daño psicológico. Es por ello fundamental realizar un diagnóstico temprano, una adecuada intervención psicosocial y un tratamiento oportuno para evitar el sufrimiento a largo plazo”, confirma la Dra. Kaplan, médica dermatóloga y presidenta de la Sociedad Argentina de Psoriasis (SOARPSO) (MN 94872)

Cada 29 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Psoriasis, impulsado por la Federación Internacional de Asociaciones de Psoriasis (IFPA por sus siglas en inglés) para crear conciencia y apoyar a las personas que viven con la enfermedad. El tema de este año es “La familia”, cuyo objetivo es reconocer los desafíos que enfrentan no solo las personas con enfermedad psoriásica, sino también sus seres queridos, los efectos de la enfermedad en la economía familiar, la vida laboral, la vida social, las relaciones, etc.[9]

“Existe una falta de comprensión del impacto que produce la enfermedad psoriásica, no solo en el paciente sino también en sus familias, parejas, hermanos y amigos. El entorno familiar juega un papel muy importante de apoyo emocional. También se ve afectado su propio bienestar, ya que ayudan con las tareas diarias y el tratamiento. Sin embargo, esto no se analiza lo suficiente”, enfatiza Fernández Barrio.