14 de Marzo | Día Mundial del Sueño

¿Crisis global de sueño? Una crisis que ya se venía perfilando, empeorada por las pantallas.

Worldwide Independent Network of MR (WIN), la principal asociación global de firmas independientes de investigación de mercado y encuestas ha publicado su Worldviews Survey junto con Voices en Argentina. La encuesta de este año, que recoge las perspectivas y creencias de 34.946 personas en 39 países, revela una preocupante tendencia global: la calidad del sueño está en declive. Desde 2018, este estudio ha monitoreado la evolución de la salud global, incluyendo la salud del sueño y los factores que la afectan en todos estos temas. Los hallazgos subrayan el impacto significativo de la tecnología y los factores socioeconómicos en la calidad del sueño, resaltando la necesidad de más investigaciones en este ámbito.

Resumen de hallazgos

La calidad del sueño está empeorando a nivel global

Mientras que el 62% de las personas afirman que duermen bien en la edición 2025 de la encuesta global (siempre/con mucha frecuencia + regularmente), el número de quienes tienen problemas para dormir ha aumentado constantemente en los últimos cuatro años, pasando del 35% en 2021 al 38% en 2025 (rara vez/casi nunca o nunca duermen bien).

Esta tendencia es especialmente preocupante: en 35 de los 39 países analizados, más de una cuarta parte de la población reporta tener problemas de sueño. Hong Kong encabeza la lista con un alarmante 59% de personas con mala calidad de sueño, seguido de Chile (56%), Brasil (52%) y Turquía (51%). En contraste, solo cuatro países presentan menos de un cuarto de su población con dificultades para dormir: Vietnam (15%), India (15%), Paraguay (19%) e Indonesia (23%).

El mal descanso es un problema que afecta a todos los segmentos sociodemográficos en todos los países, pero ciertos grupos son más vulnerables. Como era de esperarse, los factores sociales y personales influyen en la calidad del sueño: el desempleo tiene un impacto significativo, con el 47% de las personas desempleadas reportando dificultades para dormir bien. Además, las mujeres, las personas de entre 35 y 64 años y aquellas con menor nivel educativo también tienden a tener un descanso más deficiente. Estas correlaciones sugieren que la calidad del sueño está determinada por una combinación compleja de factores sociales, económicos y personales, lo que hace necesario un análisis más profundo de sus causas.

En Argentina, las cifras se acercan al promedio global: 62% declara dormir bien con frecuencia mientras que un 38% declara no hacerlo con frecuencia. A diferencia de a nivel global, se detecta un incremento del dormir bien en nuestro país desde la medición del 2021 que va de 56% a 62%.

En cuanto a los segmentos sociodemográficos en la Argentina es interesante mencionar que quienes tienen más problemas para dormir (duermen bien a veces + rara vez/casi nunca + nunca) son los jóvenes de entre 18 a 24 años y los residentes en GBA, donde alcanza a casi la mitad la cifra de quienes reportan problemas para dormir (46% y 49%, respectivamente). También empeora el sueño entre mujeres.

Fuente: Voices! en Argentina

El tiempo frente a pantallas es un factor clave en la falta de sueño

La tecnología está emergiendo como uno de los principales factores que alteran el sueño, con la mitad de la población mundial (52%) reconociendo que se ha quedado despierta hasta tarde usando el teléfono o la computadora siempre/con mucha frecuencia + regularmente + a veces.

Entre los jóvenes de 18 a 24 años, esta cifra se dispara: siete de cada diez admiten que se desvelan por el uso de la tecnología siempre/con mucha frecuencia + regularmente + a veces. Curiosamente, este comportamiento se incrementa con el nivel educativo.

En 28 de los 39 países analizados, al menos la mitad de la población encuestada declara que su calidad del sueño se ve afectada por la tecnología. Los países con los índices más altos de afectación son Marruecos (78%), Chile (77%), Malasia (72%), México e India (69%), Grecia (68%) y Argentina (66%). Estos datos resaltan la urgente necesidad de monitorear la relación entre el uso de la tecnología y la salud del sueño, especialmente en las generaciones más jóvenes.

Base: WIN Voices! en Argentina. Población adulta, 34.946 casos

Detectamos en nuestro país que las mujeres y los más jóvenes son los segmentos donde más impactan negativamente las pantallas en el sueño.

Es necesario seguir monitoreando y actuar

El aumento constante en la mala calidad del sueño, impulsado por factores tanto socioeconómicos como tecnológicos, sugiere que la salud del sueño se está convirtiendo en un problema crítico de salud pública. Comprender cómo afectan estos problemas a los diferentes grupos demográficos es fundamental para abordar esta crisis en crecimiento.

Se requiere investigación continua, campañas de concientización pública y políticas específicas para mitigar esta preocupante tendencia y mejorar el bienestar general.

Constanza Cilley, Directora Ejecutiva de Voices responsable del estudio en Argentina declaró: «Los datos reflejan una realidad preocupante para Argentina: el 66% de la población admite que ha sacrificado horas de sueño por el uso de pantallas, ubicándonos entre los países más afectados por este fenómeno a nivel global. Es particularmente alarmante entre las mujeres y los jóvenes de 18 a 24 años, quienes presentan los mayores niveles de impacto. Estos resultados destacan la urgencia de generar mayor conciencia sobre los efectos del uso excesivo de la tecnología en el descanso y promover hábitos más saludables para mejorar la calidad del sueño en nuestra sociedad.»

Richard Colwell, Presidente de WIN International Association, declaró:

«El sueño es fundamental para el bienestar general, pero nuestros hallazgos muestran que cada año más personas están teniendo dificultades para dormir. El aumento de los problemas de sueño es una señal de advertencia que no debe ser ignorada. A través del Worldviews Survey, WIN busca proporcionar una visión más profunda sobre las tendencias globales en salud, ayudando a gobiernos, organizaciones e investigadores a desarrollar estrategias informadas para mejorar el bienestar y generar un cambio significativo en la salud a nivel mundial».